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Conconete horneado en hojas de almendra
Conconete baked in Almond leaves

Text by O. Bur & Y. Jimenéz Suriel
Photos by J. Rozón
11.2021

“Para! Parece que venden conconete!” Otra vez, paramos. Es la última curva antes de llegar a la playa de Najayo, donde íbamos para comer pescado, disfrutar la mezcla de personas y beber cerveza fría.


No teníamos idea de que no parábamos solo para coconete. Esta parada también nos haría entender y cuestionar la conexión entre comida y naturaleza más allá de nuestros ingredientes. La naturaleza como un elemento que facilita los procesos y también la forma correcta de cocinar, enriqueciendo la tierra en lugar de hacerle daño.

"Stop here! Looks like they sell conconete!" Again, we stop. It's the last curve before arriving at the Beach of Najayo, where we would go, eat fish, enjoy the mix of impressions, and drink a cold beer.

We have no idea that we're not only stopping for coconete. This stop would also make us understand and question the connection between food and nature beyond our cooking ingredients. Nature as an element to make the process easier as well as the right way of cooking, making the soil richer instead of harming nature. 

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La casa donde nos paramos es pequeña y rústica. El techo de láminas de zinc corrugado refleja la sombra de dos árboles de Cambrón que se unen a la casa de madera. En el lado izquierdo de la entrada hay una encimera que sirve como mesa alta. Delante de la ventana solo hay una vitrina con tres niveles. El vidrio se empaña con el vapor de los alimentos recién horneados.


Doña Rosa, quien nos saluda mientras salimos del carro, está muy bien vestida. Su colita pega con su blusa y la mascarilla azul que cubre su boca y nariz. Nos ofrece un conconete recién hecho, todavía caliente.
 

Los coconetes son un tipo de pan de jengibre con coco fresco, nuez moscada, canela, y obviamente mucho jengibre. Se usa azúcar morena en la masa y se carameliza en el molde mientras se hornea entre dos brasas que brillan.

The house we're stopping at is small and rustic. The corrugated iron sheets roof reflects the shadow from the two Cambron trees that embed the wooden house. On the left side of the entrance, the concrete counter serves as a high table. In front of the only window stands a small vitrine with three levels. The glass is fogged up from the steam of the freshly baked goods.
 

Doña Rosa, who welcomes us as we exit the car, is very well dressed. She matched her hair tie with her blouse and the light blue face mask covering her nose and mouth. 

She offers us freshly baked conconete, still warm. 

 

Coconetes are gingerbread made with fresh coconut, nutmeg, cinnamon, and obviously lots of ginger. The brown sugar used in the dough caramelizes in the pan as it bakes in a pot between glowing branches.

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Rápidamente se dio cuenta de que estábamos curiosxs y emocionadxs al notar que no solo vendían conconetes frescos, sino también Cholas. Nos invitó adentro y nos introdujo a su esposo que estaba sentado en una silla en la esquina. Al lado de él en la mesa, una montaña de almendras. En sus rodillas había un contenedor con masa de color marrón claro.

 

La pared de bambú tejido facilita la circulación del aire y deja que entre suficiente luz en la habitación para que Rafael llene las hojas del árbol de almendras del otro lado de la calle con la masa fresca hecha de Guáyiga y coco.

 

El espacio se llena con un olor rico de hojas de guineo y almendras tostadas que se combinan con el olor del coconete recién horneado. Un olor que nos hace sentir a todxs en casa y nos recuerda cuando visitamos a nuestras familias en el campo, un fogón o comida cocinada arriba de un fuego.

Quickly she noticed that we are curious and excited to realize that not only fresh conconetes are sold here, but also "Cholas.” She invites us to come in and introduces us to her husband, who is sitting on a chair in the corner. Next to him on the table, a mountain of Almond leaves. On his knees was a plastic container with light brown dough. 


The woven bamboo wall allows air circulation and lets enough light into the room for Rafael to fill the fresh dough made from Guáyiga starch and coconut into the leaves from the almond tree across the street. 

 

The room is filled with a warm smell of toasted banana- and almond leaves in the air that combined with the smell of freshly baked coconete. A smell that makes us all feel at home and reminds us of visiting our families in the countryside, a campfire, or food cooked over a fire.

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Rosa sigue sacando la masa para el conconete y echándola en las hojas de almendra para hornearlas. Las hojas previenen que el pan se quede pegado de las ollas y le agrega sutilmente otro sabor al pan.

 

Detrás de la pared está la cocina donde tres fogones dan a un bosque que queda detrás de la casa. Una construcción de alambre que va desde el techo hasta la parte trasera de la cocina le ayuda a levantar las tapas de las ollas y controlar el calor de las brasas que coloca en las tapas para tener un calor uniforme arriba y abajo mientras hornea el pan.


Cuando el pan está frío, ella le quita las hojas y vende el pan en fundas plásticas con servilletas de papel.

 

Otro lugar que tuvimos la oportunidad de visitar y conocer la belleza de la cocina rural.

Cada vez más me doy cuenta de lo esencial que es la conexión con la naturaleza para poder cocinar de forma sostenible. Va mucho más allá de los ingredientes que se comerán y servirán. Comprender el uso técnico de cosas simples que nos brinda la naturaleza agrega más sabor a la cocina y nos hace apreciar la naturaleza. Los residuos que quedan después de cocinar de esta manera es muy importante para que la naturaleza se recupere.

Rosa continues scooping the dough for the conconete on Almond leaves to bake them. The leaves protect the bread from getting stuck on the pan and also add another delicate flavor to the bread. 


Behind a wall is the actual kitchen, where three fogones face the wild forest behind the house. A wire construction that goes over the ceiling to the back of the kitchen helps her lift the pots’ lids and control the heat from the burning coals that she places on the lids to have even upper and under heat while baking bread.

 

Once the bread is cold, she takes the leaves away and sells the bread in plastic bags with paper napkins.

 

Another place we had the chance to visit and learn about the beauty of countryside cooking.


I'm realizing more and more how essential the connection to nature is to be able to cook sustainably. It goes far beyond only the ingredients that you'll eat and serve. Understanding the technical use of simple things provided by nature adds more flavor to the cooking and makes us appreciate nature. Whatever is left after cooking in this way is very important for nature to get back. 

Compost

 

La tierra se mantiene fértil porque los residuos orgánicos se devuelven al sistema, detrás de la casa y enriquece la tierra.

 

En un mundo industrializado donde todo se tiene que transportar por cientos o miles de kilómetros y pocas fábricas proporcionan comida para la mayoría de la gente, el plástico era considerado una solución inteligente y barata. Desafortunadamente, el precio que paga la naturaleza por nuestro uso de materiales indestructibles no se calculó dentro de este precio barato.
 

Es importante aprender sobre alternativas a materiales industrializados y el valor de gente como Rosa y Rafael. Tienen tanto conocimiento valioso sobre cómo trabajar con la naturaleza como un elemento importante de la cotidianidad.

Otros negocios deberían aprender de las experiencias de Rosa y Rafael usando plantas como sustituto para papel de hornear en vez de tratar de forzar uniformidad y procesos estandarizados en las áreas rurales.

Compost

 

The soil stays rich because the organic waste gets back to the system, right behind the house, and nourishes the soil. 


In an industrialized world, where everything has to be transported over hundreds or thousands of kilometers, and only a few factories provide food for the majority of people, plastic was thought of as a smart and cheap solution.

Sadly, the price nature has to pay for our use of the indestructible material is not calculated in this price.

It is of so much value to learn about alternatives to industrialized materials and value people like Rosa and Rafael. They have such valuable knowledge about working with nature as an important element of their daily lives.


Other businesses should have the chance to learn from Rosa and Rafael’s experience about using plants as a substitute for baking paper more than forcing uniformity and standardized processes into the rural area.

 

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